📘 Luego de observar durante muchos años el accionar de los hombres violentos y comprobar el daño que ocasionan a sus víctimas, se transforma en una necesidad esencial reeducar a estas personas. Sólo personas de buen corazón y con actitud generosa pueden limitar o hacer retroceder este flagelo de la violencia, que produce sufrimiento a millones de mujeres, ancianos y niños, desde hace muchísimos años.