📙 Desde hace algunas décadas, ha crecido la idea de que la actividad humana tiene consecuencias sobre el ecosistema que pueden ocasionar cambios importantes y tal vez nefastos, por lo que en distintos ámbitos se están desarrollando esfuerzos por anticipar las consecuencias de la actividad que se realiza. En especial, la agricultura y la ganadería, interfaces entre la sociedad y la naturaleza, son objeto de una atención preferente. Estas consecuencias se presentan, simultáneamente o con retardos variables, a muy distintas escalas, por ejemplo sobre el bienestar presente de las poblaciones locales y sobre la diversidad genética de que dispondrán las generaciones futuras en otras regiones, lo que hace su estudio particularmente complejo.El enfoque sistémico usado es relativamente reciente,y se puede considerar en pleno desarrollo. El trabajo se apoya sobre una serie de autores muy notorios acerca del enfoque de sistemas, Morin (1977; 1980; 1990), Checkland (1999), Le Moigne (1990; 1994), Simon (1990), Varela (1989), y explora una herramienta a la vez sencilla y muy sofisticada: los sistemas multi-agentes.