📗 En las prácticas religiosas indígenas contemporáneas en México destaca la complicada organización social que gira en torno de los santos, los cuales, como personajes divinos, están cargados de significados, roles y funciones específicas dentro de la vida del pueblo que los separa de manera radical de la concepción cristiana católica oficial. Pareciera como si la iconografía de las imágenes religiosas impuestas por los evangelizadores en contextos indígenas hubiera sido leída desde otros parámetros culturales, dando lugar a una interpretación autóctona de esas imágenes, en medio de un contexto social más amplio, homogeneizado y homogeneizante, que tiende a la uniformidad social desde la hegemonía y que generalmente les resulta hostil. En este devenir histórico signado por la desigualdad y el menosprecio, se han valido de distintas estrategias sociales que les han redituado en cohesión interna y fortalecimiento de redes de solidaridad, no sólo al interior de sus comunidades singulares, sino como regiones que se engarzan en conjunto. Uno de esos elementos que les ha servido como vehículo de preservación de su memoria y configuración de su identidad es la vivencia religiosa popular.